ANTES DE SER, YA ÉRAMOS
Diego Ventura Puac-Coyoy
<tiene brichos y lentejuelas>> Niebla Púrpura
En el marco de las actividades que se realizan alrededor de los 200 años de la firma de la Independencia, la Fundación Paiz y la Colección del Fondo para la imagen, palabra y pensamiento Ventura Puac-Coyoy, se unen para presentar una exposición que narra la historia desde ópticas y voces que le dan otro enfoque a este acontecimiento.
Dado el origen de este estado existe un impedimento para reconocer a las demás naciones que habitan el mismo territorio. En el entendido de la línea del tiempo, los pueblos originarios habitaron este territorio mucho antes de la conformación de esta nación llamada Guatemala. No es sino hasta después de los Acuerdos de Paz (1996)1 que se reconoce plenamente la existencia de otros pueblos que ya existían pero que, la miopía estatal -adrede- ignoró.
“Antes de ser, ya éramos” es el título de esta exhibición y da cuenta de nuestro propio reconocimiento como pueblos originarios, con una existencia plena y con una historia antigua y reciente que continúa gracias a nuestras propias maneras de entender la vida, de sistematizar los conocimientos y de las formas de preservación y transmisión de la propia historia. Desde nuestros territorios, hemos mantenido nuestros propios sistemas de leyes, de ordenamiento, de ciencia de la tierra y alimentación. No por ello podemos dejar de lado los fenómenos que la vida republicana -racista y excluyente- ha instaurado en la vida que conocemos y que hoy por hoy también dan otra forma a nuestras dinámicas sociales, culturales y económicas.
La exhibición se compone de 22 piezas de artistas y pensadores que cuentan la historia de esta nación moderna, pero fuera del esquema oficial de cómo esta historia es contada. La visión desde los pueblos proviene del pensamiento para dar paso a la imagen, palabra y sonido. Más allá de un hecho estético, el arte desde los pueblos originarios es un hecho social que se construye a partir de la memoria colectiva y que alimenta la historiografía de nuestras propias naciones que, con el paso del tiempo, está siendo tomada como fuente formal de investigación en un instante en que la academia reconoce y sabe ir tras sus propios pasos y errores del pasado.
La exhibición se complementa con un programa de mediación que busca tejer redes para evitar la desmemoria y el olvido, y que genera discusiones y análisis a partir de la oralidad, la imagen, el sonido y los conocimientos comunitario. También se contempla que estos programas sucedan fuera de la ciudad en un momento clave de descentralización cultural -de la cual Fundación Paiz ha sido pionera desde múltiples ediciones de la Bienal-.
Los que hemos sido, permanecemos. Nuestra lucha no se limita a 200 años de vida republicana, sino proviene de un pasado más lejano y de una memoria muy reciente. Y he aquí nuestras historias.