‘Bricks and Grids’: Zoila Andrea Coc-Chang y Modou Dieng

Zoila Andrea Coc-Chang y Modou Dieng - Bricks and Grids
‘Bricks and Grids’. Zoila Andrea Coc-Chang y Modou Dieng, 193 Gallery, Venecia, Italia. Vista de la exposición. (Fotografía: Gabriele Bortoluzzi. Cortesía: 193 Gallery)

La historiadora, crítica y curadora del arte Francine Birbragher-Rozencwaig comparte una reflexión sobre ‘Bricks and Grids’ (‘Ladrillos y cuadrículas’), muestra artística que toma lugar durante la 19ª Bienal Internacional de Arquitectura de Venecia, en la que participan la chino-guatemalteca Zoila Andrea Coc-Chang y el senegalés Modou Dieng Yacine. Juntos proponen una mirada deconstructiva sobre la historia y los sistemas económicos a partir de sus historias personales. 

La 19ª Bienal Internacional de Arquitectura, que se lleva a cabo del 10 de mayo al 23 de noviembre del 2025 en Venecia, Italia, tiene como atractivo, además del programa oficial, numerosos eventos paralelos. Uno de ellos es la exposición que presenta 193 Gallery titulada Bricks and Grids (Ladrillos y cuadrículas). Curada por Miriam Bettin, la muestra presenta obras de la artista de origen chino-guatemalteco Zoila Andrea Coc-Chang y del senegalés Modou Dieng Yacine, ambos residentes en Estados Unidos. Bettin propone un interesante diálogo entre las propuestas de estos dos creadores. Mientras que Modou Dieng Yacine investiga los rastros de la historia afrodescendiente en Venecia a través de sus pinturas fotográficas de entornos sociales y arquitectónicos, Zoila Andrea Coc-Chang deconstruye los sistemas económicos de poder mediante sus tejidos escultóricos elaborados con granos, residuos de alimentos y materiales sintéticos.

Si bien los soportes técnicos que utilizan son totalmente distintos, ambos basan sus trabajos en elementos estructurales y repetitivos subyacentes que recuerdan componentes y sistemas asociados con la arquitectura. En algunas de las pinturas de Dieng Yacine se aprecian fachadas de conocidas edificaciones venecianas como el Palazzo Ducale y baldosas como las del piso de la galería. Por otra parte, en los tejidos de Coc-Chang se observan los patrones de la urdimbre entrelazados con chiles secos, cáscaras de frutas y envolturas de alimentos que rastrean las interconexiones que existen entre Asia y las Américas a través de la migración y el comercio transpacífico de alimentos. Como indica Bettin en su texto curatorial:

«En su serie Contra la pared (ladrillos de comida) (2021-en curso), Zoila Andrea Coc-Chang encapsula diferentes ingredientes obtenidos de la familia, los amigos, las comidas compartidas y los residuos alimentarios en ladrillos compactos de sal y azúcar. La obra dialoga con el edificio de la galería, cuyos ladrillos, afectados por una inundación pasada, contienen sal en su interior, que aflora gradualmente con el tiempo, cristalizándose a lo largo del material y en las juntas. Se erigen como testigos silenciosos de los efectos cada vez más tangibles del cambio climático y su devastador impacto local y global en las estructuras sociales y las formas de vida. Los ladrillos apilables también pueden interpretarse como una referencia a la densamente edificada ciudad lagunar de Venecia, donde la vegetación parece imitar la arquitectura vertical». [1]

Zoila Andrea Coc-Chang - 'Llamas'
Zoila Andrea Coc-Chang, ‘Llamas’, 2025. (Fotografía: Zoila Andrea Coc-Chang. Cortesía de la artista y 193 Gallery)

Cuando una artista realiza una obra específica para un sitio en particular (site specific), el concepto de la pieza está estrechamente ligado al lugar donde es instalada. Es el caso de Nuestra Ceiba (2022-2025), un tejido colgante hecho con largas tiras de chiles secos, frijoles negros, semillas de aguacate y cuentas de vidrio que cuelga en el vestíbulo de la galería. La instalación, colocada en la entrada del espacio expositivo, se mimetiza con el entorno en la medida que sus tonos rojos, naranjas y marones compaginan con los de las columnas, las paredes de madera y ladrillo del antiguo edifico. A nivel conceptual, se genera un juego interesante entre las dos columnas con capiteles corintios que la enmarcan y que hacen referencia a la historia de la arquitectura greco-romana veneciana, y el título de la obra que menciona la ceiba, el árbol sagrado que para los mayas significa el vínculo entre los tres niveles cosmogónicos, el inframundo, el plano terrenal y el cielo. En el caso de la instalación, esta conecta el vestíbulo con la espacio expositivo y debe ser atravesada por el espectador si quiere acceder a la muestra.

En Traga luz (2025), un tejido que cuelga de la rama de un árbol hecho con sisal, yute, lana, organza, algodón teñido naturalmente y envolturas de alimentos, el público puede, en primera instancia, apreciar su delicadeza y la belleza de su colorido. Pero es necesario ir más allá de esa primera impresión. El título, “traga luz”, hace referencia a un elemento arquitectónico, una ventana construida en el techo con el objetivo de permitir la entrada de luz exterior. Pero la luz a la que se refiere Coc-Chang no es solamente la luz solar. Es también la historia que transmite en tejidos escultóricos como Llamas (2025), Recuerda mirar hacia la tierra (II) y (III) (2024) y Mat Je Fung Seng (¿Qué te dice el viento?) II (2023-2025), relacionada con su propia experiencia de migración, memoria familiar y conocimiento ancestral.

Zoila Andrea Coc-Chang - 'Traga luz'
Zoila Andrea Coc-Chang, ‘Traga luz’, 2025. (Fotografía: Zoila Andrea Coc-Chang. Cortesía de la artista y 193 Gallery)

Los ingredientes efímeros que componen sus tejidos, a menudo recolectados de comidas compartidas o rituales cotidianos, se combinan con materiales industriales como envoltorios de plástico o cables telefónicos, formando composiciones en capas que hablan de la estrecha relación que existe entre los alimentos y la identidad. Por otra parte, mediante el uso de productos agrícolas, telas teñidas a mano y desechos sintéticos la artista llama la atención sobre las geografías desiguales del acceso y las economías domésticas del cuidado, especialmente en comunidades diaspóricas y marginadas. Al integrar fibras naturales con empaques encontrados, crea tejidos híbridos que oscilan entre la fragilidad y la resistencia. Son piezas que, por su naturaleza orgánica, están en constante cambio, al igual que las comunidades a las que honran, en particular la guatemalteca y la china.

Es ahí precisamente donde compaginan conceptualmente las obras de Coc-Chang y Dieng Yacine. Si las composiciones urbanas de las pinturas de este último reflexionan sobre la memoria, la identidad y la visibilidad de las comunidades afrodescendientes marginadas dentro de la arquitectura de Venecia, los tejidos de la artista hacen referencia a sus raíces mayas ancestrales y a la migración como componente fundamental de su propia identidad. Ambos artistas ofrecen retratos de redes, comunidades y vínculos emocionales transcontinentales dentro de la diáspora, invitando al público a repensar la arquitectura no solo como una forma física, sino también como un espacio metafórico de conexión, resistencia e imaginación.

[1] Miriam Bettin, “Bricks and Grids. Modou Dieng Yacine & Zoila Andrea Coc-Chang”, 193 Gallery Venezia, 2025. Traducido por la autora. Accedido junio 7, 2025.

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