Introducción

Poco más de 41 años han pasado desde que la Organización Paiz alborotó a la comunidad artística guatemalteca con la convocatoria abierta al público en general de la I Bienal de Arte. La apertura democrática de la justa se transformó, en poco tiempo, en el evento cultural más esperado y concurrido de la República. Los artistas amateurs, emergentes y consolidados, encontraron en la actividad un escaparate que eclipsó, por muchos años, a otros certámenes nacionales.

A partir de 1978 la Fundación Paiz comenzó a conformar su imponente pinacoteca. Misma que fue creciendo a lo largo de casi toda la historia de la Fundación y las actividades alternativas patrocinadas por ella. Dicha pinacoteca se considera como una valiosa sumatoria ecléctica de pinturas, grabados, dibujos, fotografías, esculturas y otros registros de primer orden, que reflejan buena parte del desvelo artístico generado desde la evolución de los estatutos de las distintas convocatorias.

La gran mayoría de productos creativos fue depurada a partir de los criterios de jurados calificados, nacionales e internacionales, que participaron como censores en cada una de las purgas efectuadas, desde aquel lejano 1978. Distintos equipos de especialistas interdisciplinarios seleccionaron, concurso tras concurso, lo mejor de cada exposición. De allí que las piezas provenientes de la Bienal estén especialmente señaladas por un sentimiento común: el de la excelencia.

Es importante señalar que las muestras al público, cuando estas se realizaban en un solo recinto, fueron un ejercicio museístico temporal, rico en expresiones e ideas. Resolver sus montajes, organizarlos según categorías y crear guiones inteligentes, provocaba procesos y resultados como los que se dan en cualquier museo internacional. Centenares de personas, asiduas al arte o no, visitaban las exhibiciones durante un par de horas o más, discutiendo si esto o aquello era o no arte. De allí que cada recorrido fomentara la riqueza de pensamientos y con ellos, una manera de familiarizar al público con el universo de las artes.

La Pinacoteca

Al realizar la evaluación inicial de los contenidos que nutren la colección Paiz, se decidió abordar la misión según categorías: grabado, pintura, escultura, entre otras expresiones. Esto, con la idea de sugerir guiones museográficos que ayuden a visualizar al no iniciado las distintas colecciones que integran la cuantiosa pinacoteca. Esto no quiere decir que cada disciplina funcione solo bajo estos estatutos ya que la obra, que integra el conjunto macro, brinda diferentes posibilidades y puede interpretarse y reinterpretarse en infinidad de lecturas.