Michelle Recinos: existen otras maneras de sentir y de escribir

Vania Vargas

En 2022, la literatura trajo a la escritora y periodista salvadoreña Michelle Recinos dos veces a Guatemala. La primera vez fue a finales de mayo, cuando el país fue el encargado de recibir al Festival Centroamérica Cuenta y a Recinos como la ganadora del X Premio Carátula de Cuento Centroamericano, que se otorga todos los años en el marco de ese festival. La segunda vez fue a principios de octubre, cuando su cuento “Barberos en huelga” fue seleccionado entre cientos de participantes centroamericanos como el ganador del Premio Centroamericano de Cuento 2022 Mario Monteforte Toledo, que recién reactivó su convocatoria a través de Fundación Paiz. Así, el nombre de la escritora de 25 años que en 2021 publicó su primera antología de cuentos, titulada Flores que sonríen, en la editorial salvadoreña “Los sin pisto”, vino a reafirmar su puesto entre la narrativa contemporánea de la región.

El Premio Carátula de Cuento Centroamericano lleva 10 ediciones. Dos salvadoreños lo habían ganado ya antes de ella, Allan Barrera y Alejandro Córdova. De su cuento, titulado “Deysi Miller”, dice parte del acta firmada por los escritores Sergio Ramírez de Nicaragua, Nona Fernández de Chile, Rodrigo Blanco Calderón y Daniel Centeno Maldonado, los dos de Venezuela: “… este relato nos propone una reflexión sin discursos explícitos, con la única exposición de escenas brutalmente reconocibles, trenzadas con una escritura lúcida que nos derrumba con su propuesta. Una experiencia lectora que conmueve y nos alerta”.

En “Deisy Miller” *, la autora parte de la imagen de la “modelo” femenina que acompaña a los periódicos amarillistas de la región, para plantear, frente a quien lee, varios panoramas. Estos surgen de su reproducción en serie en un medio en donde las imágenes son las que cuentan las historias más terribles, las que alimentan el morbo, el consumo de violencia y la fantasía. Elementos que parecieran estar amalgamados en un solo y terrible sentimiento cotidiano nacional que desemboca en la insensibilidad y en la indiferencia.

El Premio Monteforte Toledo, por su parte, nació en 1993, cuando el escritor, sociólogo y político guatemalteco fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura. A través de una alianza con la Fundación Paiz, que desde 2020 está a cargo de toda la producción, el galardón que estaba en suspenso desde 2015, se reactivó. A la fecha, lo han recibido 15 novelas y 6 cuentos a nivel centroamericano. La mayoría de los ganadores han sido guatemaltecos. ***

Este 2023, el Premio Mario Monteforte Toledo será dedicado a la novela. Las bases ya están disponibles y pueden consultarse en el siguiente enlace:

De “Barberos en huelga”, el cuento ganador de la edición 2022, se sabe, según parte del acta del jurado calificador, conformado por tres escritores guatemaltecos: Denise Phé-Funchal, Valeria Cerezo y José Luis Perdomo Orellana, que “tiene un planteamiento bien elaborado, original y frontal sobre la amenaza de los regímenes opresivos actuales y la normalización de la violencia”, que “está narrado desde una voz con sentido del humor y sobresaliente uso del lenguaje”.

“Barberos en huelga” es un relato a manera de diario en el que se va registrando la evolución cotidiana del régimen de excepción salvadoreño que pretendía “limpiar” la sociedad en nombre de la seguridad y que arrasó con ella en medio de un criterio de prejuicio y militarización que se estableció como otro nivel de violencia. Una violencia de Estado en donde reina la arbitrariedad, la injusticia y que, como siempre, viene a afectar a la gente más necesitada.

Ese lente de aumento sobre la sociedad, esa mirada aparentemente sencilla sobre lo que sucede todos los días y el humor fino que hila el relato atraviesan también los cuentos que conformaron el primer libro de Michelle Recinos, Flores que sonríen, en 2021. Un libro con siete narraciones breves que rondan el tema de la complejidad de las relaciones entre hombres y mujeres en sociedades machistas. Todas contadas con la fluidez y el minimalismo del lenguaje periodístico, pero también con un humor que no explota, sino que se va tejiendo dentro de la trama y les regala a sus relatos frescura, fuerza y filo. Un libro que parece transitar ese territorio emocional agreste hasta llegar al cuento final en donde se origina el nombre del libro: una especie de antesala en donde habitan el deseo y la ilusión que precede a todos los derrumbes.

Estas tensiones basadas en el machismo, pero trasladadas al ámbito de los grupos literarios, llevaron a Michelle Recinos a pelearse tempranamente con la escritura durante sus primeros años en la carrera de Comunicación Social. Allí llegó a coincidir con gente que también estaba escribiendo, que invalidaron sus procesos y le hicieron creer, con sus actitudes, que no había lugar para una chava que no escribía como los autores venerados, que trabajaba en un call center y no asistía a talleres literarios. Entonces guardó la escritura para sí misma durante 3 años y se dedicó a leer.

Recinos venía de una adolescencia en la que la búsqueda de entretenimiento, que la hiciera transitar desde las películas a los libros y viceversa, la llevó a leer con dedicación a Stephen King. Ya, en la Universidad llegó a Bolaño, a los Beat, a Salinger y a Rafael Menjívar Ochoa, entre otros a quienes describe como buenos escritores, pero finalmente “machos que escribían cosas que solo sucedían en la cabeza de los machos” y que, según cuenta, empezaron a hacerla sentir que se estaba convirtiendo en macho. Entonces empezó a leer mujeres: Mariana Enríquez, Fernanda Melchor, las salvadoreñas Claudia Hernández y Jacinta Escudos y la norteamericana Dorothy Parker quien la marcó a través del tratamiento literario de la cotidianidad, de su manera sencilla de plantear los grandes conflictos, de su abordaje de la sensibilidad, de lo que significa ser mujer. Entonces se dio cuenta de que existían otras maneras de sentir y de escribir.

Para Michelle Recinos, leer a otras mujeres fue algo más allá que una declaración política, me dice. Leer mujeres le abrió puertas internas. Ellas y sus libros le dieron la valentía que no encontró en autores hombres. “Muchas veces me metieron en la cabeza que escribir sobre los sentimientos no importaba, que la coyuntura era lo importante”, dice Michelle. Entonces empezó a narrar la coyuntura desde los sentimientos humanos, empezó a devolverles el valor que literariamente les han demeritado. Y fiel a los pilares de identidad que había encontrado en el Grunge, ese género musical de los años 90, que viene del Punk, un género lleno de rabia, pero también de humor, de preocupación social y una sensibilidad que contrasta con el machismo y el sexismo del rock que lo antecede, retomó la escritura y las puertas se empezaron a abrir.

Hoy, con dos premios regionales importantes, piensa en seguir escribiendo, en seguírsela creyendo, pero también en la importancia de que las mujeres que están por allí con la idea de que sus temas no valen la pena, sepan que hay otros universos y que se pueden contar.

*El relato ganador del X Premio Carátula de Cuento Centroamericano, “Daysi Miller”.

Daysi Miller

** “Barberos en huelga” el cuento del Premio Monteforte Toledo Cuento 2022 se puede leer en la página de Fundación Paiz, que, desde 2020 ha estado a cargo de la producción del Premio.

Barberos en huelga

*** La lista completa de los escritores ganadores del Premio Centroamericano Mario Monteforte Toledo puede ser consultada aquí:

Ganadores