lunes, diciembre 2, 2024

Margarita Azurdia

Foto de Irene Torrebiarte

La Antigua Guatemala (1931-1998)

Es conocida por una trayectoria artística basada en la pintura, la escultura, el performance y la poesía. A través de estos lenguajes, exploró temas como la espiritualidad, la historia y las tradiciones de Guatemala, así como su relación con la naturaleza y mundo. A lo largo de su carrera adoptó los heterónimos Margo Fanjul, Margarita Rita Rica Dinamita y Anastasia Margarita, reflejando esto una desbordante imaginación frente a su identidad. 

La carrera de Azurdia despuntó en 1963 con una primera exposición individual, donde presentó la serie Óvalos, compuesta por pinturas que evocaban esa misma figura reproducida en diferentes capas, tonalidades y anchuras. En 1964, inició el proyecto Pinturas geométricas (o Geométricas), distinguida por diseños de rombos y líneas capaces de generar un dinamismo visual. Este trabajo le valió reconocimiento en el extranjero, llevándola a exhibir su trabajo en Nueva York y a participar en la X Bienal de São Paulo en 1969, donde recibió una mención de honor por la serie Asta 104, integrada por cinco pinturas escultóricas. 

Posteriormente fue invitada a México y Colombia para participar en muestras colectivas. En Colombia, llevó a cabo la memorable instalación Por favor descalzarse / Por favor quitarse los zapatos , la cual fue presentada durante la II Bienal de Arte Coltejer en 1970. Entre 1971 y 1974, Margarita Azurdia desarrolló Homenaje a Guatemala, serie para la cual trabajó con varios ebanistas quienes tallaron figuras femeninas. Las tallas fueron caracterizadas con elementos artesanales, así como plumas, máscaras y pieles que aludían a símbolos territoriales de Guatemala. 

Durante la década de 1980, luego de involucrarse en la escritura poética durante una estancia en Francia, Margarita volvió a Guatemala donde formó el colectivo Laboratorio de Creatividad. En este espacio compartió junto a artistas como Benjamín Herrarte y Fernando Iturbide, quienes exploraron el movimiento corporal y el arte performativo. El colectivo llevó sus propuestas a distintos espacios públicos. 

En la década de 1990 recurre a trabajar varios altares, los cuales ideaba a partir de la modificación de grandes roperos en santuarios que contaban con objetos cotidianos y esotéricos, mismos que rendían un homenaje a la Diosa Madre. Además de las obras mencionadas, la obra de Azurdia se extendió en decenas de registros que incluyen dibujos, collages, e incluso, prendas. 

Durante la edición XXIII de la Bienal de Arte Paiz, se presentaron varias obras de su cuerpo de trabajo, destacando tres piezas de la serie Pinturas Geométricas, la instalación interactiva Por favor descalzarse / Por favor quitarse los zapatos, y dos de sus poemas.

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