Las mujeres y su liderazgo en FP

Entrevista a María Regina Paiz, Presidente de Fundación Paiz

 

¿Cómo reconoce Fundación Paiz el aporte de las mujeres en arte, cultura y educación?

En Fundación Paiz, nos esmeramos por ofrecer oportunidades equitativas en todas las áreas que operamos, tanto en becas educativas, como en foros de exhibición. En nuestras bienales, la mitad de la curaduría ha sido desempeñada por mujeres. Queremos dar voz a mujeres artistas, apoyar su desarrollo y abrir nuevos espacios que aborden temas relevantes a la mujer y que avancen la equidad en las artes.

La voz de la mujer en el arte es vital, porque conlleva una temática y una perspectiva muy distintas a la del hombre. Su forma de ver la vida –su energía femenina, sus filtros, sus lentes– da un enfoque alterno que suaviza y balancea al arte masculino. En Fundación Paiz, queremos reconocer esa voz y potenciarla.

Un dato interesante es que, del total de las becas que otorgamos –en igual proporción a hombres que mujeres– alrededor del 70% de quienes terminan sus estudios son mujeres, y además ellas sacan, en promedio, mejores notas.

 

¿Cómo ha contribuido Fundación Paiz en la construcción de un mundo más igualitario?

En Fundación Paiz no hacemos diferencias. Los programas que creamos los ofrecemos por igual, reconociendo los méritos de las personas indiscriminadamente. Somos un puente: un punto de conexión que abre diálogos y posibilidades de encuentro entre sectores, a nivel educativo y artístico.

Reconocemos la capacidad creativa de los jóvenes y buscamos generar oportunidades para que esa creatividad se desborde. La creatividad es el motor que impulsa sus sueños, y no digo esto a la ligera. Los sueños de nuestros jóvenes son los que van a crear el futuro. Es indispensable darles rienda suelta y vuelo, pero eso solo se logra cultivando y educándolos, para que tengan las herramientas necesarias que les permitan soñar en grande.

Para responder más concretamente a la pregunta, además de apoyar las becas o espacios de exhibición para artistas, también generamos vínculos entre los artistas y las personas o instituciones locales o internacionales que puedan darles una mano. Y de nuevo, las oportunidades que ofrecemos son en partes iguales para mujeres y para hombres.

Un ejemplo exitoso de cómo contribuimos a la igualdad es Acción Joven, un programa que ofrece formación técnica a jóvenes en riesgo. Mucho del aprendizaje se hace a través del arte, para estimular nuevas maneras de pensar, de ver la vida y de expresarse.

 

¿Cómo ha sido el papel de las mujeres en la creación de la fundación y su liderazgo?

El papel de la mujer ha sido significativo en Fundación Paiz. Los fundamentos de contribución social que nos identifican parten de la visión y los intereses de mi abuela, Graciela Andrade de Paiz. Luego mi tía, Jacqueline Riera de Paiz, fue el motor cultural que materializó los sueños de los fundadores y llevó las propuestas artísticas de Guatemala a un nivel superior. Fue su liderazgo el que condujo a Fundación Paiz a alcanzar grandes logros, como la producción de óperas con talentos nacionales, la creación de una orquesta filarmónica, y la atención al arte guatemalteco en todas sus expresiones. Luego otra tía, Isabel Paiz de Serra, estructuró y ordenó el funcionamiento de la Fundación, dando más énfasis a proyectos educativos. Durante su gestión, desarrollamos metodologías para apoyar la educación en áreas urbano-marginales, usando el arte como una herramienta en la prevención de violencia.

Las mujeres, por tanto, han tenido un rol notable en el liderazgo de Fundación Paiz. Vale mencionar, además, que el 80% de nuestros colaboradores son mujeres, y que nuestro Consejo Directivo está conformado en su mayoría por mujeres.

 

¿Cuáles cree que son los retos más difíciles que afrontan las mujeres en los puestos más altos?

Tuve la suerte de crecer en una familia que no me inculcó la creencia de desigualdad de género. Siempre me consideré igualmente inteligente e igualmente capaz que cualquier hombre. Fue para mí una sorpresa, al crecer, enterarme que éste era un tema de preocupación para otras mujeres.

Hoy me doy cuenta del tremendo esfuerzo que hacen muchas mujeres por equiparar sueldos y oportunidades, por darse su lugar en las mesas de decisión y hacer valer su voz. Y sí somos diferentes las mujeres de los hombres. Nuestra perspectiva es diferente. No mejor, solo diferente; y eso permite tener ángulos diferentes a la hora de abordar un problema.

Un reto que tenemos en la Fundación es equilibrar el arte femenino y masculino en nuestra colección permanente. Y otro reto –como Fundación y como país– es reforzar las creencias en nuestras niñas de que son igualmente merecedoras y capaces.

 

Nos podría dar un mensaje de aliento para las mujeres guatemaltecas en este día.

Creo que las mujeres podemos trascender estereotipos de género, si lo queremos. Las limitaciones están en la mente y en las creencias que elegimos conservar. Si podemos identificar nuestras creencias limitantes, también podemos reemplazarlas por otras que no nos saboteen.

Las mujeres debemos ser más solidarias las unas con las otras: dar una mano o palabras de aliento para que más de nosotras sean exitosas. Pero eso de dar aliento comienza por nosotras mismas, viéndonos en el espejo y animándonos sin reserva y con valentía. Todas tenemos poderes creativos ilimitados. Imaginemos, entonces, un nuevo sueño para nosotras y nuestras hijas.

 

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